La bondad de Dios no se conformó con haber conferido la máxima dignidad en el Cielo a San Miguel Arcángel sino quiso confiarle a su vigilancia lo Creado a todos los reinos de la tierra y a cada hombre. “Ya duraba veinte y un días el combate entre Gabriel y el Príncipe celestial de los persas, sin ninguna conclusión; pero San Miguel intervino en favor de San Gabriel y todo se resolvió”. Si te humillas y te vuelves al Todopoderoso Él aleja todo el mal de tu casa.