Oración de la mañana

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Padre santo, al despertar en este nuevo día, quiero darte gracias por poder ver la luz del nuevo día; el rayo del sol. Gracias Padre, por dejarme saber que mis ojos pueden contemplar tu creación; mis oídos pueden escuchar el canto de los pájaros, el sonido del viento, el murmullo del agua; Que todos juntos Señor se unan cada amanecer, cada día que pasa, para manifestar tu alabanza ante tu grandeza.

Oh Señor, creador del universo: te alabo y te bendigo en este nuevo día Señor. Quiero darte gracias porque mis oídos pueden escuchar a las personas que hoy se me acerquen para hablarme. Gracias Padre, porque mis labios se mueven para expresar mis sentimientos del amor que siento por ti. Y así quiero adorarte y bendecirte en este nuevo día Señor, por lo que tú eres oh Dios creador del universo; quien todo lo puede, quien todo lo ha hecho. Grande poderoso y misericordioso eres tú oh Padre bendito, digno de alabanza y adoración.

Gracias Padre, porque puedo hoy hablarte y también podré hablar a todas las personas con quien tenga que relacionarme en este día Señor. Oh Padre bendito, ayúdame para que en este día broten de mis labios palabra sabias; que cada una de mis palabras sean como un bálsamo a todas las personas que estén a mi alrededor; que mis palabras edifiquen, consuelen y produzcan entusiasmo, en las personas que están desanimadas o que no quieran seguir luchando por la situación tan difícil que están atravesando.

Permíteme Señor que con cada una de las personas a quien hoy tenga que dirigirme, solamente broten palabras de vida, oh sí Señor, y no de muerte; palabras de bendición y no de maldición; para que todo, absolutamente todo Señor, lo que hoy diga, atraiga sobre mí abundancia de bendiciones, en bienes espirituales y materiales.

Te alabo y te bendigo Señor por este nuevo inicio de este día tan maravilloso y este encuentro contigo Señor. Oh Señor, elevo mis manos a ti, oh Padre amado, para darte gracias. Oh Padre, que con estas manos yo pueda trabajar Señor; tómalas, límpialas de todo aquello que impide el fluir de cualquier bendición para mi vida, que tu tengas para hoy, Señor. Permíteme Señor que en este día pueda disfrutar de todas las bendiciones que me corresponden por ser tu hijo o hija. Mira, te presento oh Dios estas manos vacías. Llénalas de tu poder Señor. Bendito Padre, solamente te digo que te alabo, te bendigo y te glorifico y te pido que con todas las personas que tenga que relacionarme durante el día, oh mi Dios, hoy pueda transmitir paz.

Con cualquiera de las expresiones que tenga que decirles a través de una palabra, que solo broten de mi corazón palabras de amor, de felicidad, de gozo hacia los demás; para contagiarlos de ese entusiasmo y que sea un día maravilloso, un día esplendoroso, inolvidable; porque tú Señor tomas estas manos y me las bendices.

Gracias, bendito seas Señor. Señor, antes de iniciar este día quiero pedirte perdón; he pecado contra ti Señor, sabemos que el pecado trae también ruina; perdóname Señor y fortalece mi espíritu para abandonar todo aquello que me haga daño. Oh Señor, hoy te suplico bendito Dios que me ayudes. Tú conoces la situación, la circunstancia. El dinero no me alcanza, son más las salidas que las entradas y hoy te pido que me permitas que las entradas sean mayores que las salidas para, así Señor, llevar todo lo necesario a mí familia. Gracias Señor.

Señor, hoy te suplico que nunca permitas que las situaciones difíciles, las deudas, la falta de empleo, me hagan renegar de ti. No Señor, que siempre tenga en cuenta que todas las crisis son para bien de los que aman al Señor, porque tú estás ahí haciendo salir y surgir una cosecha de bendiciones. Por eso, hoy recibo esa cosecha de bendiciones que habías preparado para este día y sé que muchas bendiciones más, llegarán para mí.

Solo te digo Señor gracias. Ayúdame a tener siempre mi fe puesta en ti y en nadie más; que las circunstancias, que los problemas, nunca me hagan partir de ti Señor. Al contrario, que sirvan para acercarme más y más y alabarte, bendecirte y glorificarte. Que el desánimo desaparezca por completo, que nunca más regrese a hacer daño a mi vida, a mi trabajo, negocio y familia, porque hoy proclamo que soy libre de toda deuda; tú la pagaste en la cruz del calvario, porque me compraste a un alto precio con tu sangre liberadora y sé que al iniciar este día, ya puedo proclamar y decir SOY LIBRE; libre de toda deuda, de toda opresión, de toda enfermedad; libre de toda atadura, de toda maldición porque tú eres oh Jesús amado, el dueño de mi vida y con esa muerte y resurrección, tú hoy me resucitas al cambio, a la prosperidad y a la libertad, tanto espiritual como material. GRACIAS SEÑOR.

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